¿Cómo estoy en clase?
Es importante que prestes atención a lo que se explica en clase, tanto lo que expone el profesor como las dudas que surgen de tus compañeros de clase, porque seguramente te ayudarán a aclarar tus propias dudas o a repasar lo que ya sabes
No es posible aprender matemáticas “de oído”. Aunque en clase entiendas lo que se explica y al ver a tus compañeros hacer las actividades te parezca que tú también sabes hacerlas, hasta que no cojas un lápiz y las hagas no sabrás si realmente lo has asimilado.
La corrección de las tareas de casa es un momento de gran importancia, y es esencial que en tu cuaderno quede siempre reflejada con claridad la respuesta correcta a cada actividad. Si es correcta tal y cómo tú la hiciste, también debe quedar reflejado con una marca (un “bien” o un “visto”) y así cuando repases en casa estarás seguro de que puedes confiar en esa respuesta.
No tengas nunca miedo a preguntar lo que no tengas claro, bien a tu compañero de mesa o al profesor.
Antes de empezar un ejercicio, asegúrate de que has entendido perfectamente lo que te están preguntando. Merece la pena leer dos veces y evitar no responder a lo que se espera.
¿Qué hago ahora en casa?
La técnica más eficaz para estudiar matemáticas es la práctica diaria de ejercicios y problemas. Una excelente manera de llevarlo a cabo es cerrar el cuaderno y hacer de nuevo los ejercicios que ya tienes hechos y corregidos. Si son demasiados para hacerlos todos, puedes pedir a tu profesor que te indique una selección de los más significativos (es más importante hacer unos cuantos concienzudamente que mirar por encima todos). De esta manera podrás ver qué conceptos tienes más claros y cuáles debes trabajarlos más. Si se da la circunstancia de que ya los has hecho todos de nuevo y casi “te los sabes de memoria”, puedes solicitar a tu profesor que te facilite ejercicios extra para repasar.
También es bueno que elabores una hoja resumen con las ideas más importantes de cada tema. En ella puedes incluir las fórmulas en caso de que las haya, las principales propiedades que hayas aprendido, los teoremas… Incluso ideas tan básicas como la jerarquía de las operaciones y las tablas de multiplicar. Tenerla delante cuando hagas las tareas de casa y el repaso para el examen, te ayudará mucho.
Trata de no memorizar más que lo necesario. Todo lo que hayas entendido claramente, es difícil que se te olvide.
Bufff, llega el examen...
Antes de empezar el examen, dedica unos segundos a respirar hondo y a repetirte a ti mismo que eres capaz de aprobar. Los pensamientos tipo “es que a mi las mates nunca se me han dado”, “esto no lo apruebo yo en la vida” y demás nunca ayudan.
Debes leer despacio todas las preguntas y asegurarte que entiendes claramente todo lo que está escrito.
Es una buena idea empezar por resolver aquellas preguntas que mejor te sabes, eso te dará confianza para seguir adelante y además te asegurarás que te da tiempo a hacerlas.
Si en algún momento te bloqueas en una pregunta, respira hondo y pasa a otra, podrás volver a ella más tarde, tal vez con las ideas más claras.
Resumiendo:
Tener una actitud positiva, confiar siempre en nuestra capacidad para lograr los objetivos
Prestar atención en clase
Preguntar siempre las dudas
Hacer la tarea diariamente
Repetir los ejercicios sin mirarlos
No memorizar más que lo necesario e intentar entender: es la mejor manera de que no se olvide lo aprendido.
Enlace técnicas de estudio:
Habrá que intentar poner en práctica esos consejos
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